"Pedacitos de vida contados en primera persona."
No son milagros.
No son prodigios.
A veces ni siquiera parecen “experiencias” en el sentido tradicional.
Son pequeños momentos donde algo se ilumina.
Una mirada que no esquiva.
Una palabra justa dicha en el instante exacto.
Una presencia que llega sin anunciarse.
O una ausencia que, sin querer, nos deja ver más claro.
Fragmento 1
Estaba cansada. De todo.
Una vecina me tocó el timbre solo para regalarme un ramito de romero.
Dijo: “Me acordé de vos.”
Yo no había dicho nada.
Y sin embargo, alguien me recordó.
Fragmento 2
En una caminata sin destino, vi a un niño jugar con una hoja seca como si fuera el más valioso de los tesoros.
Y entendí que el mundo sigue teniendo sentido, aunque yo a veces lo olvide.
Fragmento 3
Recibí un mensaje de alguien que no veía hace años.
Solo decía: “No sé por qué, pero soñé con vos. Estabas bien.”
Ese día no lo estaba.
Pero después de leerlo, algo en mí sí lo estuvo.
Fragmento 4
Un día lluvioso, sin ganas, abrí la ventana y sentí cómo el agua mojaba mi cara.
No era frío ni molestia.
Era como si el cielo me recordara que la vida también es humedad y renovación.
Fragmento 5
En el colectivo, una señora mayor le cedió el asiento a un joven cansado.
No hubo palabras. Solo ese gesto me hizo creer en la bondad que se escapa de las noticias.
Fragmento 6
Un gato callejero se dejó acariciar por primera vez.
No sé si fue mi mano o la suya, pero en ese instante hubo un puente invisible entre dos soledades.
Fragmento 7
Un libro abierto en la mesa tenía una nota que decía:
“Para cuando te sientas perdida, este es un mapa sin direcciones.”
Lo cerré despacio, con ganas de no perderme del todo.
Fragmento 8
Una amiga me llamó solo para decirme:
“Estoy acá, aunque no hablemos mucho.”
Y esas palabras bastaron para que la distancia se hiciera más pequeña.
Fragmento 9
Una tarde, en el jardín, vi una mariposa que parecía perdida entre las flores.
La seguí con la mirada hasta que desapareció.
Y pensé que a veces también nosotros necesitamos perdernos para encontrar un nuevo camino.
Fragmento 10
En un rincón de la casa, encontré una foto vieja.
No sabía que alguien me estaba mirando con tanta ternura desde ahí.
Y me pregunté qué historias calladas están esperando ser escuchadas.
Las experiencias de luz no necesitan escenario.
Aparecen donde menos se las espera.
Y cuando se las cuenta, no es para dejar constancia.
Es para recordarle a alguien (quizás a vos misma) que todavía hay belleza latiendo en lo cotidiano.
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7. MÁS EXPERIENCIAS DE LUZ
Una segunda vuelta para lo que no entró en el primer acto.
Porque la luz no tiene fin ni límite de caracteres.
Texto generado por ChatGPT en respuesta a interacciones personalizadas.
Cortesía de OpenAI.
https://openai.com/chatgpt